Treinta y cuatro mujeres han muerto en España a causa de la violencia de género desde que comenzó 2011 hasta el 20 de julio. De estas treinta y cuatro fallecidas, sólo diez habían denunciado y una de ellas había retirado la denuncia.
El ‘miedo' a la denuncia sigue existiendo. Pero no es el único motivo por el que las mujeres víctimas de esta lacra social se abstienen de denunciar a su agresor. La asociación emeritense ‘Malvaluna', que presta asesoría jurídica, psicológica y social a mujeres, ha señalado a Extremadura al Día que muchas mujeres no denuncian por pena hacia los maltratadores, porque piensan que va a ser malo para sus hijos o por el temor de que la Policía acuda a casa a por el maltratador delante de los hijos. Otras veces son los hijos o los familiares del agresor los que piden a la víctima que no denuncie.
No denuncian ante la primera agresión. "Cuando llegan a denunciar han sufrido la violencia durante muchísimo tiempo", han explicado desde Malvaluna. Tampoco existen las denuncias falsas. Muchas mujeres retiran la denuncia porque el maltratador les pide perdón o por petición de los padres o hermanos del agresor.
La denuncia suele ser, además, el último recurso de la víctima de la violencia de género. "Muchas denuncian cuando no les queda otra opción. Por ejemplo, cuando van al hospital e intervienen los Cuerpos de Seguridad o cuando ella ve que los hijos empiezan a sufrir violencia".
Malvaluna ha hecho hincapié en la importancia de que conste en los juzgados que una persona está sufriendo violencia ya que influye en la decisión judicial. Por eso recomiendan que la víctima siempre acuda a un centro de salud ante una agresión.
INMIGRANTES, LAS QUE MENOS DENUNCIAN
De las veinticuatro fallecidas por la violencia machista, diez eran extranjeras. La denuncia al agresor es un requisito para obtener medidas de protección. Sin embargo, el índice de denuncias de las mujeres extranjeras sigue siendo escaso.
El motivo principal para no denunciar al agresor es la falta de información, "el desconocimiento a lo que pueda pasar". Muchas creen que si denuncian van a ser expulsadas de España, sobre todo si llegaron al país por reagrupación familiar. También les da miedo que a ellos les ocurra algo grave. Además, suelen carecer de una red familiar y de amistad a la que solicitar ayuda o desconocer el idioma, como les ocurre a muchas mujeres africanas, que son las que menos denuncian.
Las mujeres inmigrantes no son las que más sufren violencia, la sufren igual que las españolas. Pero la sufren quizá de forma más continuada al no atreverse a denunciar o por no separarse.
EL MITO DEL AMOR ROMÁNTICO
"La violencia de género entre la juventud está preocupando cada vez más porque hay parejas jóvenes que tienen asumido que es así", han comentado desde Malvaluna .En 2011, la franja de edad comprendida entre los 21 y 30 años es la que contabilizó más muertes, con diez. El mito del amor romántico "el de los celos, sigue presente". No te quieren más porque te controlen. Es un controlador. "Y el amor es libertad para los dos".
La formación es clave para superar la violencia machista. Por ello, Malvaluna ha impartido diversos talleres en institutos y en los pueblos. Sin embargo, han confesado que con esta experiencia han "sufrido mucho porque todavía hay jóvenes que consideran normal que te digan cómo te tienes que vestir, con quién tienes que ir o que te den una bofetada".
FALLOS EN LA LEY INTEGRAL
Un fallo que se puede achacar a la Ley Integral contra la Violencia de Género, a pesar de ser una buena medida, es que sea la víctima y no el verdugo quien lleve la pulsera de alejamiento. Por ejemplo, se dan situaciones en que el agresor acude primero a sitios donde sabe que va a acudir la mujer, y es esta quien debe irse. Un fallo, ya que las medidas de alejamiento "son para él" y, a veces, no le controlan.
Muchas mujeres maltratadas se ven obligadas a abandonar su casa. En Extremadura existen dos casas de acogida, una en Cáceres y otra en Badajoz, y varios pisos tutelados. Muchas mujeres se niegan a ir a estas casas ya que los hijos mayores de catorce años no pueden acompañarlas. Además, son medidas temporales y que tienen el agravante de que la víctima se aleja de su entorno. Para dar acogida y apoyo a las víctimas "quizá la mejor solución es la red familiar y social".
El ‘miedo' a la denuncia sigue existiendo. Pero no es el único motivo por el que las mujeres víctimas de esta lacra social se abstienen de denunciar a su agresor. La asociación emeritense ‘Malvaluna', que presta asesoría jurídica, psicológica y social a mujeres, ha señalado a Extremadura al Día que muchas mujeres no denuncian por pena hacia los maltratadores, porque piensan que va a ser malo para sus hijos o por el temor de que la Policía acuda a casa a por el maltratador delante de los hijos. Otras veces son los hijos o los familiares del agresor los que piden a la víctima que no denuncie.
No denuncian ante la primera agresión. "Cuando llegan a denunciar han sufrido la violencia durante muchísimo tiempo", han explicado desde Malvaluna. Tampoco existen las denuncias falsas. Muchas mujeres retiran la denuncia porque el maltratador les pide perdón o por petición de los padres o hermanos del agresor.
La denuncia suele ser, además, el último recurso de la víctima de la violencia de género. "Muchas denuncian cuando no les queda otra opción. Por ejemplo, cuando van al hospital e intervienen los Cuerpos de Seguridad o cuando ella ve que los hijos empiezan a sufrir violencia".
Malvaluna ha hecho hincapié en la importancia de que conste en los juzgados que una persona está sufriendo violencia ya que influye en la decisión judicial. Por eso recomiendan que la víctima siempre acuda a un centro de salud ante una agresión.
INMIGRANTES, LAS QUE MENOS DENUNCIAN
De las veinticuatro fallecidas por la violencia machista, diez eran extranjeras. La denuncia al agresor es un requisito para obtener medidas de protección. Sin embargo, el índice de denuncias de las mujeres extranjeras sigue siendo escaso.
El motivo principal para no denunciar al agresor es la falta de información, "el desconocimiento a lo que pueda pasar". Muchas creen que si denuncian van a ser expulsadas de España, sobre todo si llegaron al país por reagrupación familiar. También les da miedo que a ellos les ocurra algo grave. Además, suelen carecer de una red familiar y de amistad a la que solicitar ayuda o desconocer el idioma, como les ocurre a muchas mujeres africanas, que son las que menos denuncian.
Las mujeres inmigrantes no son las que más sufren violencia, la sufren igual que las españolas. Pero la sufren quizá de forma más continuada al no atreverse a denunciar o por no separarse.
EL MITO DEL AMOR ROMÁNTICO
"La violencia de género entre la juventud está preocupando cada vez más porque hay parejas jóvenes que tienen asumido que es así", han comentado desde Malvaluna .En 2011, la franja de edad comprendida entre los 21 y 30 años es la que contabilizó más muertes, con diez. El mito del amor romántico "el de los celos, sigue presente". No te quieren más porque te controlen. Es un controlador. "Y el amor es libertad para los dos".
La formación es clave para superar la violencia machista. Por ello, Malvaluna ha impartido diversos talleres en institutos y en los pueblos. Sin embargo, han confesado que con esta experiencia han "sufrido mucho porque todavía hay jóvenes que consideran normal que te digan cómo te tienes que vestir, con quién tienes que ir o que te den una bofetada".
FALLOS EN LA LEY INTEGRAL
Un fallo que se puede achacar a la Ley Integral contra la Violencia de Género, a pesar de ser una buena medida, es que sea la víctima y no el verdugo quien lleve la pulsera de alejamiento. Por ejemplo, se dan situaciones en que el agresor acude primero a sitios donde sabe que va a acudir la mujer, y es esta quien debe irse. Un fallo, ya que las medidas de alejamiento "son para él" y, a veces, no le controlan.
Muchas mujeres maltratadas se ven obligadas a abandonar su casa. En Extremadura existen dos casas de acogida, una en Cáceres y otra en Badajoz, y varios pisos tutelados. Muchas mujeres se niegan a ir a estas casas ya que los hijos mayores de catorce años no pueden acompañarlas. Además, son medidas temporales y que tienen el agravante de que la víctima se aleja de su entorno. Para dar acogida y apoyo a las víctimas "quizá la mejor solución es la red familiar y social".
Las victimas que carezcan de trabajo y no tengan ningún medio de subsistencia pueden solicitar una ayuda de unos 400 euros al Estado. Sin embargo, las ayudas no son inmediatas y existen requisitos previos, como la existencia de una sentencia. Entre 2003 y 2010, 504 mujeres fueron asesinadas en España por la violencia machista. Cuarenta de ellas fallecieron en Badajoz, y sesenta, en Cáceres.
Fuente: extremaduraaldía
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