MANIFIESTO 25 DE NOVIEMBRE 2012.
“El silencio te hace invisible”
Instituto de la Mujer de Extremadura
Durante años, las diversas formas de agresiones que sufren las
mujeres han sido minimizadas e incluso negadas por la sociedad, situando
el problema de la violencia en el ámbito privado, condenando por tanto a
las mujeres al sometimiento.
El silencio y la resignación no son la respuesta,
nunca deben serlo, ni para la víctima de malos tratos ni para quiénes
conviven con quien la sufre. El silencio nos hace cómplices y borra las
graves consecuencias de ésta máxima manifestación de la desigualdad
entre mujeres y hombres.
Sólo en los últimos 10 años han sido asesinadas 611 mujeres a manos
de sus parejas o exparejas, y 48 menores. En el año 2012 han sido
asesinadas en España 41 mujeres, una de ellas en Extremadura, así que
siempre es el momento de romper el silencio, PORQUE EL SILENCIO NOS HACE INVISIBLES.
Por ello, tenemos que alzar nuestras voces, unir nuestros esfuerzos
en un objetivo de transformación social, en todas y cada una de las
esferas en las que nos movemos, tanto personales como profesionales e.
Una labor que debe ser cotidiana, intensa y tenaz.
La supresión de los valores culturales que han consentido,
justificado, minimizado e invisibilizado este tipo de violencia es tarea
prioritaria e implica una reelaboración de nuestro concepto de amor y
pertenencia. Es por ello que el motor básico del cambio debe ser la
prevención a través de la educación. Así mismo se justifica un
seguimiento cercano en los nuevos modos y formas de relación entre la
juventud, prioritariamente en las redes sociales.
Es fundamental, y en ello trabajamos profundamente desde el Gobierno
de Extremadura junto con todas las administraciones, colectivos, grupos
políticos y entidades económicas y sociales, la coordinación y la
implicación de todos los sectores profesionales para conseguir la
transformación hacia una sociedad libre de violencia de género, así
cómo, para mejorar la atención de las mujeres que la sufren.
La concienciación, prevención, coordinación y apoyo, han de ser los pilares fundamentales sobre los que sustentar ésta lucha.
La respuesta institucional supone plantear políticas, actuaciones y
medidas que integren transversalmente el objetivo de eliminación de la
violencia de género a nivel nacional, autonómico, local, y mancomunal,
tejiendo una malla fuerte y de máxima eficacia destinada a proteger a
las víctimas y a su entorno con las mayores garantías.
Hacemos nuestro el desafío de erradicar estos comportamientos
violentos con el convencimiento que no existen barreras ideológicas ni
políticas que pongan freno a una lucha común contra la violencia
sexista.
Somos parte de esta sociedad: como profesionales, como miembros de un
vecindario, como amigos y amigas, madres y padres, o hijos e hijas de
las víctimas, y estamos obligados moralmente a censurar y denunciar su
conducta, a no tolerarla, ni ampararla bajo ninguna excusa. Podemos y
debemos señalar con el dedo a los agresores.
Entendemos que con el compromiso valiente y la denuncia activa de una
ciudadanía concienciada, se asume que la igualdad es el único valor
sobre el que puede asentarse todo el progreso social.
Que sirva este manifiesto de mensaje de esperanza para toda la
sociedad. Hemos avanzado, y mucho. El paso siguiente es consolidar
aquello que las leyes y los movimientos sociales han propiciado: la
dignidad de las personas y el respeto a sus diferencias, A NUESTRAS
DIFERENCIAS.
Por todas las mujeres que han roto con su silencio, con la
espiral de violencia, y han apostado por un futuro basado en la igualdad
y el respeto.